Mi primera parada fue la casa rural, despedida de gente grande, aquellos que en tan poco tiempo pero con tantas horas y experiencias compartidas con ellos se te hace difícil hacerte a la idea que hasta septiembre no los verás. Fue un día enorme, lleno de risas, sol, agua y aunque parezca mentira otra experiencia más para conocerlos aún mejor. Hacéis un grupo perfecto para pasar la rutina diaria y para sacar sonrisas y bailes. Espero que las notas vayan bien para todos y sobre todo que el verano nos sea de los que puedas contar tantas cosas que en septiembre todo sean buenos recuerdos y añoranzas que sacan sonrisas.
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